miércoles, 9 de agosto de 2017

El poder de las "pequeñas alegrías"

Hace poco estando en la facultad, mientras esperaba a que llegara el profesor para continuar con las clases, me acerqué a hablar con un par de compañeros. Ese día estaba particularmente alegre, a lo que uno de ellos me pregunta (en modo de broma): "¿Cuál lo que es tu secreto para estar tan feliz? Compartí con nosotros esa información". Acto seguido empiezo a reír y, de manera "un tanto poética", les contesto: "Disfrutar de las pequeñas alegrías del día a día" (en realidad me explayé más, y justamente para explicar todo eso va este blog).

"Despertarse todos los días a la misma hora, ir a la facultad (o al trabajo), estar todo el día ocupado, regresar a casa, tener que realizar tareas o estudiar, dar por terminado nuevamente el día, dormir"... Gracias al trajín diario, existe una gran tendencia a caer en esta tediosa monotonía. Pareciese que la rutina pasa a formar parte de nuestras vidas, y va absorbiendo de a poco nuestras energías, hasta, muchas veces, dejarnos desganados y con ganas de abandonarlo todo por una sensación de insatisfacción con uno mismo.
Nada nuevo, nada que sorprenda, nada que nos haga sentir distinto al día anterior. Nuestro humor cambia. Todo el cansancio que lentamente se va acumulando empieza a pesarnos más y más diariamente. No resulta difícil perder el ánimo así... pero del mismo modo, tampoco es demasiado complicado estar de buen humor, a pesar de todo. Ahí es donde entra "el poder de las pequeñas alegrías".

Es más simple de lo que suena: siempre hay que verle el lado positivo a las cosas. Hay que buscar lo bueno en todas las situaciones por las que pasemos. Les doy un ejemplo muy particular (el mío):

Vivo aproximadamente 2 horas y media de mi facultad. Hay días en que tengo clases a las 7:30 hs., lo que significa que, al igual que mucha gente, debo movilizarme desde temprano para viajar hacia Asunción. Ciertamente es un viaje no muy lindo (especialmente los lunes), pero con el tiempo aprendí a encontrarle pequeños gustos a madrugar. Particularmente, para evitar el tráfico que se acumula hacia el centro de San Lorenzo, ya tomo el bus a las 4:30hs, así en lugar de tardar dos horas y media, puedo tardar menos de dos, e incluso viajar sentado. Haciendo los cálculos... llego a Lambaré antes de las 6:30 hs para poder esperar el segundo bus que me lleva a la facultad, aun cuando el sol ni siquiera salió por completo y ahí me encuentro con una de mis "pequeñas alegrías": ver el amanecer (ay, qué poético jajaja).
Yo disfruto mucho de caminar a las mañanas cuando la temperatura es fresca, hay poca gente y menos vehículos, hay más silencio. Entonces, al llegar a mi parada, me pongo auriculares y empiezo a caminar un par de cuadras, aprovechando que estoy cerca de la facultad y es temprano todavía.

Ese es el chiste de hablar de "pequeñas alegrías": son pequeños sucesos que "nos dan el gusto" por un momento, por más pequeño que sea. Ayudan a aliviar la tensión, y la mejor parte es que podemos encontrarlos en cosas muy simples: ver el alba, el ocaso, viajar con auriculares y buena música, reír con tus amigos, hacer chistes (por más malos que sean), compartir un rato con las personas que queres, visitar a los abuelos, son solo una pequeña lista de cosas que pueden darle color a nuestra vida.

Si esperamos que ocurran grandes eventos diariamente para poder "sentirnos felices", estaríamos limitando nuestra capacidad (sí, hablo de capacidad, porque depende de gran manera de uno mismo) de sentirnos bien. Es muy sencillo alegrarse con lo mucho, pero más placentero es poder hacerlo con lo poco.

Es increíble el poder de las pequeñas alegrías. Nos permiten sentirnos vivos y olvidar por un rato que no todo en la vida está bien. Nos ayudan a sensibilizarnos, acostumbrarnos a no necesitar demasiado para poder estar alegres, y así poder perseverar de mejor forma con todo lo que llevemos con nosotros mismos. Y poder "encontrar" nuestras pequeñas alegrías es muy sencillo, como dice Fito Paez en una canción:


¡Es solo una cuestión de actitud!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Un viaje peculiar & el mejor ocaso

Fin de año: sinónimo de caos, principalmente para los estudiantes universitarios debido a los exámenes finales. Es la época en donde se acr...